Santo Patrono de los apicultores, de los panaderos y de los animales domésticos.
Ambrosio repartió su fortuna entre los pobres. Siempre contuvo la ambición de los tiranos. Prohibió el ingreso a la iglesia del emperador Teodosio, por haber ordenado el acuchillamiento de diez mil personas en Tesalónica. El emperador argumentó: "conozco mi culpa y mucho espero de la misericordia divina. David esperó mucho de ella..." A lo que el santo respondió: "ya que lo imitaste en el pecado, en la penitencia lo debes imitar también".
Teodosio aceptó la justicia de esas palabras y en el día de la Navidad del 390 se presentó sin los simbolos del poder ante Ambrosio, como un pecador público, llorando y pidiendo la absolución de su delito.
Antes de morir, tuvo tiempo para componer los más bellos himnos que todavía se cantan en todas las iglesias.
San Ambrosio, ruega por nosotros.
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