Beata Madre Teresa de Calcuta -Su fiesta es el 5 de septiembre-
La vida de Ganxhe Bojaxhiu comenzó en el seno de una familia católica
albanesa. Fue dentro de la familia, y sobre todo gracias a la intensa
religiosidad de su madre, Drana, que en ella se despertó, a sus sólo 12
años, la vocación a la vida religiosa.
Ganxhe nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, capital de Macedonia,
que en aquel entonces era una pequeña ciudad de veinte mil habitantes
bajo el dominio turco, pero que había pertenecido durante mucho tiempo a
Albania. Su padre, Nikoll Bojaxhiu, sentía una gran pasión por la
recuperación de la Macedonia albanesa a la madre patria y a ello dedicó
gran parte de su vida.
En
1912, cuando Ganxhe tenía sólo dos años, Skopje se liberó del dominio
turco y logró la independencia como capital de la República albanesa de
Macedonia, pero pocos años después cayó bajo el poder sucesivo de
Serbia, Grecia y Bulgaria, en las eternas y sangrientas guerras
balcánicas.
Tuvo dos hermanos mayores Age y Lázaro con quienes se llevó siempre
muy bien. Como relata Lázaro que murió en 1981, "a nuestra familia no le
faltaba nada porque mi padre tenía un negocio de materiales de
construcción, en sociedad con un italiano, y poseía dos casas con
jardín".
En los Balcanes los conflictos étnicos continuaban. La pasión política
del padre desembocó al parecer en su propia muerte. En 1919, Nikoll
Bojaxhiu viajó a Belgrado para participar de una reunión de los
nacionalistas albaneses. Al regresar a casa, de noche, dijo a su mujer
Drana que se sentía mal. En la madrugada lo llevaron a un hospital con
una hemorragia interna y falleció al día siguiente, mientras lo
operaban.
Ganxhe tenía entonces nueve años y la familia sospechó siempre que el
padre de la futura Madre Teresa había sido envenenado. La desgracia
terminó con la prosperidad familiar. El socio italiano liquidó la
sociedad y la madre de Teresa debió asumir los gastos de su familia.
Mientras que la madre de Ganxhe afrontaba con dignidad el intenso
trabajo para sobrevivir, su religiosidad se intensificó. En efecto,
Drana asistía con sus hijos al santuario mariano de la Virgen de
Letnice. Ahí notó que a la más pequeña -Teresa- le gustaba quedarse sola
durante los oficios religiosos. Como vivían al lado de la parroquia del
Sagrado Corazón,participaban diariamente de la actividad de la iglesia. También se dio
cuenta que Ganxhe prefería permanecer durante horas, en silencio.
El párroco era el padre Frnajo Jambrekovic, quien descubrió que a Ganxha
le gustaba mucho leer las historias de los misioneros, un género
literario-religioso entonces cultivado. Además era asidua lectora de las
crónicas que dos entusiasmados jesuitas de Skopje enviaban para contar
acerca de su trabajo misionero en la India.
"No había cumplido aún 12 años cuando sentí el deseo de ser misionera",
contó más tarde la Madre Teresa.
En efecto, aún niña, Ganxhe entró a la Congregación Mariana de las Hijas
de María, que tenía una filial en su parroquia. Los más pobres acudían a
la iglesia y también a la casa de Drana donde curiosamente "nuestra
madre nunca los mandaba de vuelta con las manos vacías", contó Lázaro.
Ganxhe sentía que su vocación crecía junto con la actividad de
asistencia.
"A los pies de la Virgen de Letnice, escuché un día la llamada Divina
que me convencía de servir a Dios", dijo muchos años después la Madre
Teresa quien confesó descubrir la intensidad del llamado gracias "a una
gran alegría interior".
Cuando cumplió 18 años, el llamado a la vocación religiosa se hizo
irresistible para Ganxhe y el 25 de setiembre de 1928 partió para
siempre de Skopie rumbo a Rathfarnham, en Irlanda, donde se encontraba
la casa general del Instituto de la Beata Virgen María.
Ganxhe quería ser misionera en la India y el jesuita le había informado
que en el Estado de Bengala las monjas de esa congregación hacían una
labor excelente. Tras un largo viaje la futura religiosa llegó a la casa
de las Damas Irlandesas o Hermanas de Nuestra Señora de Loreto. La
acogida fue afectuosa y la estadía en Rathfarnham fue sólo momentánea ya
que embarcó rumbo a Bengala. Luego de 37 días en alta mar llegó el 6 de
enero 1929. Durante la primera semana estuvo en Calcuta y de ahí viajó
51 días hasta Dajeerling, al seminario de la Orden. Comenzó a estudiar y
cuando llegó la hora de profesar, el 24 de mayo de 1931, eligió el
nombre de Teresa.
"Querida mamá, me gustaría mucho estar contigo, Age y Lázaro, pero debo
decirte que tu pequeña Ganxhe es feliz... Esta es una vida nueva. Soy
profesora y el trabajo me gusta. Todos aquí nos queremos mucho",
escribió a su madre Drana, a quien nunca más volvió a ver desde que se
fue de Skopje, en 1928.
También con estas palabras, la joven albanesa describía concretamente la
segunda etapa de su vida, entre los 18 y 38 años de edad, donde ya con
el nombre de Teresa, era religiosa de las Damas Irlandesas en la India y
profesora de historia y geografía, destinada en apariencia a una vida
tranquila.
Tras su desembarco en 1929 en Calcuta, la novicia adolescente tomó otros
51 días de viaje para arribar a Darjeeling, donde estaba el convento de
la orden fundada por la misionera Mary Ward.
La "pequeña postulante eslava" se empeñó en el noviciado, estudió para
enseñar, que era la especificidad misionera de las Damas Irlandesas, y
profesó los hábitos en mayo de 1931, a los 21 años. "De acuerdo con las
constituciones de la Congregación de Loreto, debía cambiar de nombre.
Elegí llamarme Teresa", contó años después debido a la figura
inspiradora de Santa Teresa de Ávila. "Pero no fue por la grande Teresa
que elegí el nombre -dijo-sino por la pequeña: Santa Teresa de Lisieux".
En la India colonial británica, donde bullían las aspiraciones por la
independencia y Mahatma Gandhi predicaba la no violencia, la hermana
Teresa fue destinada a las cátedras de historia y geografía en el
colegio de Santa María, único secundario para muchachas católicas de
Calcuta. La escuela estaba reservada a las familias de clase media y
alta.
Durante seis años confirmó tres veces sus votos de profesión, hasta que
el 24 de mayo de 1937, en la fiesta de María Auxiliadora y en la Casa de
Loreto donde residía, Teresa Bojaxhiu profesó en forma perpetua su
vocación de religiosa.
Pronto, su labor se multiplicó y comenzó a enseñar también en el colegio
Entally, de su congregación, donde iban chicas pobres. Como estaba
frente del Saint Mary, la hermana iba y venía, trabajando noche y día.
Su trabajo era óptimo y las superioras de la Congregación la nombraron
directora escolástica del colegio Saint Mary. Sin embargo ya se
vislumbraba su llamado concreto cuando la religiosa empezó a dedicarse a
las "Hijas de Santa Ana". Esta era una rama de las monjas de Loreto
integrada por hermanas indias de Bengala, que cumplían con la regla
jesuítica impuesta por la fundadora Mary Ward.
Las Hijas de Santa Ana vivían con las usanzas bengalíes y sin duda
inspiraron mucho a Teresa en su proyecto posterior de dar vida a las
Misioneras de la Caridad.
Vestían el sari indio tejido en algodón pobre. Comían sentadas sobre la
tierra, como en las aldeas de donde provenían, comían con las manos de
acuerdo al estilo campesino. Rezaban y meditaban en la capilla sentadas o
arrodilladas sobre esterillas.
Teresa fue encargada de dirigir la formación espiritual de las Hijas de
Santa Ana, que hoy forman una congregación autónoma. Absorbió en gran
parte el estilo de las monjas bengalíes y lo transmitió a sus monjas
años más tarde, cuando creó las Misioneras de la Caridad.
El momento crucial para su vida que la convertiría en la Madre Teresa de
Calcuta, se produjo de improviso. Ella misma nos lo cuenta: "Ocurrió el
10 de setiembre de 1946, durante el viaje en tren que me llevaba al
convento de Darjeeling para hacer los ejercicios espirituales. Mientras
rezaba en silencio a nuestro Señor, advertí una llamada dentro de la
llamada. El mensaje era muy claro: debía dejar el convento de Loreto (en
Calcuta) y entregarme al servicio de los pobres, viviendo entre ellos".
Aquella visión, que Teresa consideró de inspiración sobrenatural, fue
una iluminación interior que presentó de inmediato una enorme
complicación: cómo llevarla a cabo. Faltaban aún dos años, pero se
iniciaba ya para la hermana Teresa el tránsito final hacia su nueva,
definitiva, vida: la de Madre Teresa de Calcuta.
Recibió el permiso desde la Santa sede y empezó por llevar a los
moribundos de las calles a un hogar donde ellos pudieron morir en paz y
dignidad. También abrió un orfanato. Gradualmente, otras mujeres se le
unieron de modo que, en 1950 recibió la aprobación oficial para fundar
una congregación de religiosas, las Misioneras de la Caridad, que se
dedicarían a servir a los más pobres entre los pobres.
La religiosa encontró inmediatamente multitud de seguidores y cuando el 7
de octubre de 1950 el Papa Pío XII reconoció a la congregación, la
institución de la Madre Teresa contaba con cientos de miembros en todo
el mundo.
Las Hermanas de la Caridad son casi 4,000 repartidas en 424 casas
establecidas en 95 países de todo el mundo. Dispuestas a defender la
vida, la congregación se movilizó en más de una ocasión en defensa de
los derechos de los pobres , contra el aborto y la eutanasia.
Todas las naciones le abrieron sus puertas incluyendo China, Cuba y la
Ex Unión Soviética. Una vez, refiriéndose a las actividades de su
congregación en América Latina, la Madre Teresa contaba que "mis monjas,
dada la escasez de sacerdotes, predican, dirigen la oración, dan la
comunión. Lo único que no hacen es decir misa. Incluso confiesan si bien
no pueden dar la absolución", precisó la misionera.
La Madre Teresa, unió su vida a Calcuta y a la India y en 1949 solicitó y
obtuvo la nacionalidad de este país. El Papa Juan Pablo II confió a las
religiosas de Madre Teresa la casa "Don de María" abierta en el
Vaticano, al lado del Palacio del Santo Oficio, para asistir a los más
pobres y a los moribundos de Italia.
No sólo el actual Papa expresó una especial admiración a la valiente
misionera, sino que anteriores pontífices también le manifestaron su
máximo respeto. Pablo VI le concedió en los años 60 un pasaporte
diplomático vaticano a causa de una mediación humanitaria que la Madre
Teresa realizó en Pakistán.
La Madre Teresa recibió en 1972 el premio de la Fundación Kennedy y en
1978 el entonces presidente de la República de Italia, Sandro Pertini,
le entregó el premio Balzan. El Premio Nobel de la Paz llegó en 1979. La
Madre Teresa lo aceptó con la misma humildad con la que siempre recibió
los múltiples homenajes que se le concedieron y destinó a sus pobres
los casi 12,000 dólares del galardón.
En 1974, Pablo VI la visitó personalmente a la India y, doce años más
tarde recibió a Juan Pablo II quien incluyó en el programa del viaje una
visita a la "Nirmal Hidray", la "Casa del corazón puro" fundada por la
religiosa, más conocida en Calcuta como "la Casa del moribundo".
La Madre Teresa de Calcuta falleció el viernes 5 de setiembre de 1997
víctima de un paro cardíaco. Miles de personas de todo el mundo se
congregaron forman largas filas en la Iglesia de Santo Tomás para
despedirse de la Madre Teresa.
Beata Madre Teresa de Calcuta, ruega por nosotros.
Esta información fue encontrada en: http://ec.aciprensa.com/wiki/Teresa_de_Calcuta#.UvRKFLSOvt0
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