jueves, 3 de enero de 2013

Oración a Nuestra Señora de América

Virgen de la Esperanza, Madre de los pobres, Señora de los que peregrinan: óyenos. Hoy te pedimos por la América latina, el continente que tú visitas con los pies descalzados, ofreciéndole la riqueza del Niño que aprietas en tus brazos: un Niño frágil, que nos hace fuertes; un Niño pobre, que nos hace ricos; un Niño esclavo, que nos hace libres. Virgen de la Esperanza: América despierta. Sobre sus cerros despunta la luz de una mañana nueva: es el día de la salvación que se acerca. Sobre los pueblos que marchaban en tinieblas, ha brillado una gran Luz. Esa Luz es el Señor que Tú nos diste hace mucho, en Belén, a medianoche. Queremos caminar en la esperanza. Madre de los pobres, hay mucha miseria entre nosotros: falta el pan material en muchas casas, falta el pan de la verdad en muchas mentes, falta el pan del amor en muchos hombres, falta el pan del Señor en muchos pueblos. Tú conoces la pobreza y la viviste: danos alma de pobres, para der felices; pero alivia la miseria de los cuerpos, y arranca del corazón de tantos hombres el egoísmo que empobrece. Señora de los que peregrinan, somos el pueblo de Dios. En la América latina. Somos la Iglesia que peregrina hacia la Pascua. Que los obispos tengan un corazón de Padre; que los sacerdotes sean los amigos de Dios para los hombres; que los religiosos muestren la alegría anticipada del Reino de los Cielos; que los laicos sean ante el mundo, testigos del Señor resucitado, y que caminemos juntos con todos los hombres, compartiendo sus angustias y esperanzas. Que los pueblos de la América latina vayan avanzando hacia el progreso por los caminos de la paz en la justicia.
Nuestra Señora de América: ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza, peregrina con nosotros hacia el Padre. Así sea.
Cardenal E. Pironio  

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